¿Y qué decir del discernimiento en el “conflicto de lealtades”? ¿O cómo volverse loco…?
- Ariane Bilheran

- 30 jul 2017
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30 de julio de 2017

Introducción
Este artículo es para fines técnicos, para profesionales de la psicología, psicopatología y psiquiatría.
Por supuesto, cualquier lector curioso puede seguir leyendo, porque en este artículo se sientan bases genéricas que son válidas para todos los ámbitos y sectores de la vida donde se pueda encontrar este conflicto de lealtades.
Especializada en la psicopatología del poder, llevo más de veinte años estudiando sus diferentes alteraciones, no sólo a través de los estudios que he podido realizar en psiquiatría (doctorado), sino también posteriormente, a través de toda mi experiencia clínica y psicopatológica, tanto en mi actividad como psicóloga infantil y de adultos, como investigadora/auditora en grandes empresas, sobre la cuestión del acoso y los diferentes modos de ejercer la manipulación.
El tema que voy a tratar hoy es: ¿Cómo abordamos la cuestión del discernimiento cuando un individuo está luchando con un conflicto de lealtad?
Conflicto de lealtad: definición
El conflicto de lealtad es una noción conceptualizada por la psicología sistémica, e inicialmente por el psiquiatra norteamericano Ivan Boszormenyi-Nagy, pionero de la terapia familiar desde los años 50[1]. En el conflicto de lealtad, el individuo debe elegir entre dos opciones que normalmente deberían estar vinculadas, y no opuestas (por ejemplo, elegir entre su padre y su madre). El conflicto de lealtad es un medio extremadamente poderoso para desequilibrar psicológicamente a los demás, y se da particularmente en un contexto de acoso y perversión[2]. Muy a menudo, se trata de una situación que conlleva fuertes paradojas, donde prevalece una falta de coherencia. Estas órdenes paradójicas tienen, a largo plazo, el poder de volver loco a uno[3], en el sentido literal y psicopatológico, por un cambio hacia una psicosis coyuntural o estructural.
Cabe señalar que el conflicto de lealtades se utiliza, en la mayoría de los casos, como medio para ejercer control, con fines de desposesión, captura y despojo de otros.
Diferentes tipos de resolución de conflictos de lealtad
El conflicto de lealtad caracteriza situaciones en las que el individuo no puede elegir.
Esta reorganización psicológica provoca disonancia cognitiva en la persona que experimenta valores morales conflictivos.
Ante un sufrimiento psicológico tal que le produzca un malestar intenso, la persona intentará resolver este conflicto de lealtad, y esta resolución puede darse de dos formas: un conflicto de lealtad, con una resolución de tipo neurótico, y un conflicto de lealtad regresivo, con una resolución de tipo psicótico.
1° La resolución neurótica del conflicto de lealtad
El conflicto neurótico de lealtad mantiene la inhibición y la incapacidad de elegir.
En un conflicto de lealtad neurótico, el discernimiento no se ve afectado, aunque la toma de decisiones puede verse inhibida.
Por otra parte, y aunque el discernimiento no se ve afectado, es claro que el libre albedrío sí lo está, pues la persona queda atrapada en la imposibilidad de elegir.
Una situación de conflicto de lealtad con resolución de tipo neurótico da como resultado:
Ya sea la inhibición, es decir la ausencia de realización de cualquier decisión testamentaria.
O bien la evacuación del conflicto de lealtad mediante la transmisión de la herencia a un tercero no involucrado en ninguna de las partes del conflicto de lealtad.
Que haya una distribución igualitaria entre las dos partes.
2° La resolución psicótica del conflicto de lealtad
Este conflicto de lealtad es de naturaleza regresiva.
¿Qué significa “regresivo”?
Esto significa que, bajo la influencia de los acontecimientos, del sufrimiento psíquico y de la violencia sufrida (que puede ser de naturaleza psicológica y/o física), la persona puede retroceder temporalmente a una fase psicótica y arcaica, lo que lleva a la abolición del discernimiento y a la abolición del juicio. La abolición del discernimiento y del juicio, sin embargo, no impide la toma de decisiones en forma de acción.
Es importante destacar que la resolución psicótica de un conflicto de lealtad puede lograrse bajo el efecto de una inmovilización o acoso, a partir de la repetición y cronicidad de mandatos paradójicos. Estos mandatos paradójicos son mensajes contradictorios que se emiten en una situación de este tipo, cuyo impacto psíquico, como han destacado el sistemista Bateson y otros después de él, provoca el paso a la locura, es decir, a la psicosis.
La resolución psicótica de un conflicto de lealtad plantea de hecho la cuestión de la influencia de una de las dos partes, ejerciendo mensajes contradictorios así como violencia psicológica sobre una persona vulnerable, que buscará "deshacerse" del sufrimiento psicológico causado por este conflicto de lealtad regresivo, cediendo ante la parte que ejerce esta violencia psicológica.
En estos casos no se puede descartar la hipótesis de una alienación psicológica importante, incluso total, bajo control.
Para resolverse, el conflicto de lealtad regresivo, con una resolución de tipo psicótico, conduce a un “acting out” que se manifiesta en una decisión totalmente radical. Las decisiones radicales y unilaterales pueden, por tanto, tomarse en el modo de un performing out impulsivo sin matices.
El psiquiatra Racamier habla de «deslavado de cerebro»[4]: la persona vive en un segundo estado de estrechamiento progresivo de su campo de conciencia, y pierde progresivamente todo discernimiento, lo que permite también la coexistencia paradójica, a nivel psíquico, de una ausencia de consentimiento y de una aceptación. Esta coexistencia paradójica es el síntoma de una disociación , que conduce directamente a una descompensación de tipo esquizofrénico, que puede ser puntual y circunstancial.
¿Cuáles son las condiciones para que se produzca un “lavado de cerebro” en una situación de conflicto de lealtades?
Racamier los enuncia así:
"- un sujeto actoral, amenazado por el duelo y sin querer saberlo, desprovisto de fantasías, de angustia y, casi, de pensamiento, el yo encerrado y vacío, dispuesto a actuar como la amenaza del suicidio;
– un acicate, constituido por un riesgo narcisista (imaginario o real) de muerte corporal o social;
– un medio de transmisión que consiste en imponer un dilema tal que si se responde de una manera será malo, y si se responde de manera opuesta será igualmente malo.
¿Cuáles son los modos de acción de una relación controladora que podrían utilizar el conflicto de lealtad como medio?
Según el psiquiatra Racamier, los tres órdenes organizativos de una relación de control son:
una captura por apropiación/desposesión gracias a una seducción unilateral (o “narcisista”);
dominación y aislamiento ejercidos sobre la persona “controlada” (a menudo denominada “chivo expiatorio”) mediante el recurso a la violencia psicológica y/o física, pero que más a menudo implica descalificación, manipulación, acoso, etc.;
la colocación de una impronta en la psique del objetivo, que se adapta a la situación abandonando cualquier pretensión de comprensión y adoptando respuestas automatizadas que pueden ir en contra de sus intereses (no percibidos como tales debido a la disociación causada), con el fin de reducir la disonancia cognitiva que le impone la comunicación paradójica.
Racamier precisa que el lavado de cerebro puede producirse tanto más cuando la persona corre riesgo de muerte social o real.
Para decidir si ha habido un episodio disociativo (esquizofrénico) que conduzca al acto destinado a salir del conflicto de lealtad regresiva, será necesario, por tanto, cuestionar la radicalidad del acto, su constancia y coherencia en relación con el temperamento y los modos de acción anteriores, pero también su brusquedad.
Para determinar la existencia de una relación de control se deben considerar los siguientes parámetros:
¿Existencia de comunicación paradójica?
¿Posible abuso de una situación de vulnerabilidad psicológica y/o física?
¿Quién se beneficia del crimen?
¿Intentos de separar o aislar a la persona de sus allegados y/o de su familia?
¿Cambios radicales en el comportamiento de la persona en poco tiempo respecto a sus hábitos y formas de actuar anteriores?
La decisión y la acción, durante un conflicto de lealtad regresiva, son una manera de evitar la confrontación, por una regresión de tipo psicótico, por lo que la abolición del discernimiento puede ser total bajo el efecto de un intenso sufrimiento psicológico (episodio delirante que puede ser visible o por el contrario , sectorizado en un área de la vida de la persona, y que puede ser temporal - circunstancial - o duradero - estructural - con un daño progresivo en la persona de una enfermedad psiquiátrica).
En resumen, a continuación se presentan las situaciones que se presentan en el momento de la elección, y su resolución, en los casos de conflictos de lealtad.
Se entiende que la resolución neurótica no conduce a la abolición del discernimiento, a diferencia de la resolución psicótica.
1° Caso 1
La persona no elige ni toma ninguna decisión.
= Resolución neurótica del conflicto de lealtad (inhibición ante el conflicto de lealtad)
2° Caso 2
La persona elige decidiendo dar la mitad a cada uno (ej: el adolescente solicita la custodia compartida en un caso de divorcio).
= Resolución neurótica del conflicto de lealtad (cancelación del conflicto de lealtad, que suele ocurrir durante la terapia)
3° Caso 3
La persona elige decidiendo entregar todo a un tercero que no es parte de los dos términos del conflicto de lealtad.
= Resolución neurótica del conflicto de lealtad (evitación)
4° Caso 4
La persona hace una elección unilateral y excluye completamente a una de las partes.
= Resolución psicótica del conflicto de lealtad, con disociación psíquica, actuación en modo psicótico, escisión total con desalojo de uno de los dos términos del conflicto de lealtad, negación (marcador de psicosis).
Es necesario señalar que, en esta última situación, el conflicto regresivo de lealtad puede ocultar una situación de alienación bajo la influencia (ver más arriba ), con conminaciones paradójicas que estarán ellas mismas en el origen de la descompensación psicótica en el paso al acto.

Tomemos como ejemplo el famoso caso de la elección de Sophie.
La elección de Sophie es una novela de 1979 de William Styron sobre un joven escritor estadounidense del sur que se hace amigo de Nathan Landau y su hermosa novia Sophie, una sobreviviente de un campo de exterminio nazi.
La difícil decisión que determina el carácter de Sophie se ha convertido en una expresión: una "elección de Sophie" es el marcador mismo del conflicto de lealtades.
El día que Sophie llega a Auschwitz, un médico sádico le ordena elegir entre sus dos hijos, el que será asesinado inmediatamente en el gas y el que podrá seguir viviendo, aunque sea en el campo. Ante la amenaza de que le arrebaten a sus dos hijos si se niega a elegir, Sophie decide sacrificar a su hija de siete años, Eva.
Este ejemplo es bastante revelador de la hipótesis 4, donde el conflicto de lealtad se "resuelve" en un momento de disociación psicótica, donde el individuo sacrifica lo que le resulta imposible sacrificar (aquí, su propio hijo), para silenciar a toda costa el sufrimiento causado por la elección imposible del conflicto de lealtad.
Así, cuando hay un paso radical a la acción, excluyendo totalmente el segundo término del conflicto de lealtad, no sólo se trata de un conflicto de lealtad regresivo, sino que además este conflicto de lealtad regresivo hace caer al individuo en tal sufrimiento psicológico que no le queda otra opción que disociarse a través de la escisión, es decir, descompensarse en un paso a la acción de tipo esquizofrénico, para "resolver" el impasse del conflicto de lealtad.
La escisión es un mecanismo de defensa que tiene como resultado la abolición del discernimiento.
Para mí está absolutamente claro que, en el momento del acto, a causa de esta experiencia disociativa, el discernimiento sólo puede ser totalmente abolido, ya que se trata de un momento coyuntural de alienación psicótica.
Conclusión
Desde mi punto de vista, en vista del paso radical a la acción que es la firma de una resolución de tipo psicótico del conflicto de lealtad regresiva, la hipótesis es la abolición del discernimiento, mínimo coyuntural y temporal, máximo estructural y duradero.
En resumen, la persona que se debate con este conflicto de lealtad regresivo puede no sufrir una patología psiquiátrica, pero puede, en un intento de "resolver" este conflicto de lealtad que causa tanto sufrimiento psicológico, experimentar un momento psicótico (esquizofrénico), es decir, disociado, con una escisión que conduce a un acto radical y unilateral en favor de una sola de las dos partes (lo que queda excluido por un conflicto de lealtad que se resuelve de manera neurótica). En el momento del acto, el discernimiento queda por tanto abolido. El psiquiatra Racamier lo estableció claramente al mostrar que las conminaciones paradójicas pueden generar momentos esquizofrénicos disociados, que a menudo son el signo de una influencia de tipo perverso (hasta el síndrome de Estocolmo).
Desde la clínica de la psicosomática, sabemos también que la aparición de una enfermedad grave puede provocar o incrementar diferentes formas de descompensación psíquica coyuntural, y desequilibrar al individuo que puede caer en graves estados melancólicos de tipo psicótico o en estados disociados de tipo esquizofrénico, aunque el individuo no padezca por lo demás una enfermedad psiquiátrica estructural.
Las respuestas a las siguientes preguntas deben establecerse claramente.
¿Se puede afirmar que se tiene libre albedrío en una situación de conflicto de lealtad?
No, y menos aún si además se está en una situación de vulnerabilidad física y psicológica y, por tanto, de potencial abuso. Se puede conservar parcialmente el discernimiento, pero ya no hay libre albedrío, porque ya no hay libertad de elección.
¿Puede el conflicto de lealtades en ciertos casos conducir a episodios de disociación de tipo esquizofrénico, aunque sean circunstanciales?
Sí, y estos episodios están marcados por acciones radicales, abruptas, incoherentes con respecto a la historia y a la personalidad, y a menudo contrarias a los propios intereses de la persona.
¿Puede el conflicto de lealtades conducir a una abolición total del discernimiento?
Sí, y esta abolición puede sectorizarse en una sola parte de la vida de la persona (split), incluso ser temporal, sin afectar necesariamente al individuo con una enfermedad psiquiátrica estructural.
Ariane BILHERAN, graduada de la Escuela Normal Superior (Ulm), psicóloga clínica, doctora en psicopatología
Notas
[1] Boszormenyi-Nagy, I. 1973. Invisible Loyalties, Reciprocity in Intergenerational Family Therapy, Brunner-Mazel, 1984.
[2] Bilheran, A. 2013. Manipulation, la repérer, s’en protéger, Paris, Armand Colin.
[3] Searles, H. 1965. L’effort pour rendre l’autre fou, Paris, Gallimard, 2004.
[4] Racamier, P.-C. 1992. «Pensée perverse et décervelage», in Mouvement de travail et de recherche autour de la psychanalyse.










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